Nuestra inspiración es la de un aventurero con muchas millas a sus espaldas Y una experiencia vital fruto del contacto con diversas comunidades y culturas.

El aventurero exhibe en este espacio su colección de objetos, rarezas y curiosidades, para mostrarnos su largo periplo sin salir de Barcelona. La carta y la barra obedecen a ese mismo concepto, un recorrido por el mundo de Norte a Sur y de Este a Oeste.

A la hora de diseñar el proyecto, tuvimos muy en cuenta las posibilidades que nos ofrecían las dos fachadas del local para poder abrirlo al exterior, ya que originalmente estaba muy cerrado y pasaba desapercibido a los viandantes.

Mantener su estructura diáfana nos permitió crear un gran salón inundado por una luz natural que aprovechamos para iluminar el bar hasta que cae la noche.

La vegetación y el atrezo son de gran importancia en este proyecto para conseguir ese efecto del “coleccionista aventurero” en un entorno selvático.